La placenta juega un papel fundamental en los embarazos múltiples, ya que determina en gran medida el tipo de seguimiento necesario y los posibles riesgos durante la gestación y el parto. En los embarazos gemelares, puede existir una sola placenta compartida o monocorial o dos placentas separadas o bicoriales y esta diferencia tiene un impacto directo en el desarrollo de los bebés y en la planificación del nacimiento.
Cuando los gemelos comparten una sola placenta, ambos bebés dependen del mismo flujo sanguíneo y de los mismos recursos maternos. Esto los hace más vulnerables a complicaciones como el síndrome de transfusión feto-fetal, donde uno de los bebés recibe más sangre que el otro.
En cambio, los gemelos con placentas separadas cuentan con una circulación independiente. Este tipo de embarazo suele considerarse de menor riesgo, ya que cada bebé tiene su propio suministro de nutrientes.
Tips y cuidados para embarazos con placenta compartida y placentas separadas:
• Asiste a los controles prenatales con la frecuencia indicada: cada 2 semanas en embarazos monocoriales y cada 4 semanas en bicoriales.
• Realiza ecografías doppler y monitoreo fetal según la recomendación médica.
• Mantén una alimentación rica en hierro, proteínas y vitaminas prenatales para favorecer el crecimiento de ambos bebés.
• Observa cambios como disminución de movimientos fetales, dolor intenso o sangrado y comunícalos de inmediato.
• Pregunta a tu médico desde el tercer trimestre sobre el plan de parto ideal para tu tipo de gestación.
Pregunta a tu médico desde el tercer trimestre sobre el plan de parto ideal para tu tipo de gestación.
• Evita esfuerzos físicos excesivos y prioriza el descanso adecuado.
Contar con un diagnóstico oportuno del tipo de placenta permite adaptar el cuidado prenatal y actuar de forma preventiva ante posibles complicaciones. Cada embarazo es distinto y requiere un enfoque personalizado que considere la salud materna, el crecimiento de los bebés y la evolución del embarazo semana a semana.
Al conocer las diferencias entre una placenta compartida y dos placentas separadas, las madres pueden estar mejor preparadas para el parto y tomar decisiones informadas junto con su equipo médico. Con controles adecuados, orientación profesional y hábitos saludables, la mayoría de los embarazos gemelares puede desarrollarse de manera segura.
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