Las contracciones son una de las señales más consultadas durante el embarazo, y reconocer si son verdaderas o falsas puede generar dudas, especialmente en las últimas semanas de gestación.
Las contracciones falsas, conocidas también como contracciones de Braxton Hicks, suelen aparecer a partir del segundo o tercer trimestre. Son irregulares, no aumentan de intensidad y generalmente desaparecen con el descanso, la hidratación o un cambio de posición. Su función es preparar suavemente al útero para el trabajo de parto, pero no producen dilatación cervical.
Estas contracciones se describen como una sensación de TENSIÓN o endurecimiento del abdomen que dura pocos segundos. Aunque pueden resultar incómodas, no suelen ser dolorosas. Las sienten más las mujeres que ya han tenido embarazos previos, pero pueden presentarse en cualquier gestación sin representar un riesgo.
Por otro lado, las contracciones verdaderas son las que indican que el trabajo de parto está iniciando o que el parto está muy próximo. A diferencia de las falsas, son rítmicas, progresivas y cada vez más intensas. No desaparecen con el descanso y tienden a hacerse más frecuentes y dolorosas con el paso del tiempo.
En cuanto a su aparición, las contracciones falsas suelen presentarse más en la tarde o noche, especialmente tras una jornada de actividad física, estrés o deshidratación. En cambio, las contracciones verdaderas pueden iniciarse en cualquier momento, sin estar relacionadas a factores externos, ya que responden al proceso fisiológico del parto.
Estas contracciones verdaderas sí generan cambios en el cuello uterino, como borramiento y dilatación. Generalmente se sienten como un dolor que comienza en la espalda baja y se irradia hacia el abdomen inferior, acompañado de presión pélvica. Cuando empiezan aparecer seguidas, varias en pocos minutos , y la intensidad es creciente, se considera que es momento de acudir al hospital.
Te contamos tips para controlar el dolor e identificar que caso de contracciones tienes:
Para aliviar las contracciones falsas, mantente bien hidratada, cambia de posición, realiza respiraciones profundas o toma un baño tibio. Lleva un registro del ritmo de tus contracciones para identificar patrones.
Una diferencia clara entre ambas es la progresión: las contracciones de Braxton Hicks no siguen un patrón, mientras que las verdaderas sí lo hacen. Además, el dolor de las contracciones reales suele ser más continuo y profundo, no solo un endurecimiento del vientre.
Si las contracciones se vuelven regulares, muy dolorosas, aumentan en frecuencia o vienen acompañadas de sangrado, ruptura de membranas o disminución de movimientos fetales, acude de inmediato a tu médico de confianza.Mantén comunicación constante con tu obstetra y no dudes en consultar siempre que tengas dudas.
Ambas forman parte del proceso normal del embarazo, pero cumplen funciones distintas y aparecen en momentos diferentes. Conocer sus características ayuda a identificar cuándo es momento de acudir al médico.
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